Ganar, ganar, ganar… y volver a empezar
Seguimos con nuestra política de puertas abiertas para que todos los que lo deseen tengan su voz en Aplasta Arteche.
Hace unas semanas leímos la encendida defensa de Simeone que nos llegó desde Cuba, en esta ocasión otro de nuestros oyentes sale en defensa de uno de los nuestros: Ángel Correa.
Porque Correa es uno de los nuestros, caótico, desesperante, genial a veces, impredecible siempre.
A Angelito se le quiere y se le odia por igual en la misma jugada y, amigos, si eso no es Atleti que venga Luis y lo vea.
Os dejamos con la anécdota y la semblanza que nos ha hecho @Chris_Le_Gabach del menudo jugador.
Hace unos años, una persona que trabajaba en una boutique en la milla de oro de Madrid me comentó que ese día atendió a un cliente que, según le dijo un compañero, era jugador del Atleti. Esta persona no lo conocía y según me dijo, tampoco tenía pinta
de futbolista.
Yo le pregunté que de qué pinta tenía entonces y me respondió que de
chaval normal. Chaqueta, vaqueros y zapatillas. Le salió de forma natural, no con las maneras pedantes con las que en su día Guardiola se refería a Iniesta, haciendo alusión a la falta de tatuajes y pelo teñido del manchego.
Se me ocurrió mostrarle una imagen de Correa. Al fin y al cabo, era apenas conocido ya que no había debutado por aquel entonces debido a sus problemas de salud. Asintió y me preguntó que en cuál posición jugaba. Y a día de hoy, todavía no tengo respuesta.
Y no será porque no lo supiera. O al menos tuviera una ligera idea. No voy a ir de Maldini diciendo que le seguía desde que debutó con San Lorenzo en Argentina, pero por las imágenes que mostraban los programas y los comentarios de los expertos, parecía atacante. Y en el Pro, que también servía para los scouting de barrio aparecía como SP (segunda punta para los escépticos). Sin embargo y tras seis temporadas en el Atleti, todavía no sé exactamente su demarcación porque le he visto en todas las posiciones posibles en el ataque. Y eso, aparte de su polivalencia, habla de su implicación y resiliencia.
Ángel Correa no sabemos si era del Atleti desde chiquitito. Aunque rula por ahí una foto suya de zagal con la elástica rojiblanca del 2010. Pero de que se deja el corazón por el equipo no admite duda. Y esto no lo digo en sentido figurado, porque para realizar su sueño de jugar en Europa con el Atleti tuvo que pasar por el quirofano para la extirpación de un quiste en el órgano principal del aparato circulatorio.
Intervención que corrió a cargo por el equipo madrileño con el que todavía no había firmado, algo digno de elogio en un mundo futbolístico donde los gestos sentimentales han sido sustituidos por los indecorosos.
Tras seis temporadas de goles y títulos, parece que otra vez es empezar de nuevo para el argentino. En todas las quinielas sobre alineaciones las miradas van para Luis Suárez, Joao Félix, Carrasco, Llorente… Entendidos no reparan en él mientras para Simeone y los aficionados con buen gusto es un fijo.
Muchos de ellos todavía se martirizan porque Angelito no salió aquella noche fatídica en Milán, cuando podía haber sido el gancho al hígado que hubiese noqueado a un Real Madrid contra las cuerdas .
El locutor de radio Cifu dijo una vez que el saxo tenor Stan Getz era energía y vehemencia, un improvisador nato con mucha técnica y swing. Características que suelen coincidir con los jugadores que llevan el 10 a la espalda. El dorsal que lleva Correa y del que muchos esperamos que despliegue esas cualidades en el campo una temporada más.
Cuando esta en forma y enchufado, yo lo quiero en mi equipo. Ahora lleva una mala racha y no se le nota en el campo, aunque muchas veces hace un trabajo que no se nota, parece que no esta pero cuando falta se nota. Cuando Simeone le pone siempre, sera por algo. Para mi no sobra.