Territorio Atleti: esta vez sí

Si de algo no es sospechoso un servidor de ustedes es de consumir Cruzcampo ni de ser afecto a la SAD.

Hecho este aviso (un tanto innecesario) debo decir que lo cortés no quita lo valiente y que, igual que sacudimos estopa al cortijo de Gil y Cerezo, cuando hacen algo bien es de justicia reconocerlo.

Territorio Atleti está bien, muy bien.

La visita a Territorio Atleti

El día amaneció lluvioso y tenía pendiente ir a recoger las monedas conmemorativas de Luis Aragonés (sí, no he subido la foto a Twitter).

Nos plantamos en el parking del estadio sobre las 12 de la mañana, como Pedro por su páramo.

Se arrancaba la lluvia, paraba y embarraba a voluntad los aledaños. Y claro; se sentía uno como el protagonista de una película polaca en blanco y negro, caminando con la gorra calada y música de violines en una estridente agonía.

Localizamos el acceso junto a la tienda y vemos que hay cola para entrar. El puto COVID haciendo de las suyas.

Debo decir que el personal de la SAD estuvo especialmente amable y resolutivo en general, con lo que apañaron el trámite de las monedas en un pis-pas.

Las enormes fotos de Simeone y Luis que estaban junto a los tornos de entrada parecían estar metiéndome prisa para entrar.

Estamos dentro

Nada más pasar por el acceso principal te recibe una pantalla en la que se van mostrando gifs animados que los visitantes pueden hacerse, a cambio de sus datos, en unas pequeñas pantallas que flanquean la entrada.

Esto me parece una gilipollez mayúscula, pero al niño le hace ilusión. Pues se hace y punto, todos contentos.

La primera impresión es que resulta un tanto pequeño y, conociendo el paño, uno piensa que le han vuelto a tangar… pero nada más lejos de la realidad.

Dispuestos junto a la pared hay una serie de visores de aspecto retro que, accionando una rueda, nos muestran diferentes imágenes binoculares del Atleti, su historia, sus estadios… Esto lo combina con pantallas que ubican en la ciudad de Madrid los diversos escenarios en los que este club ha sido protagonista.

El primer zarpazo de sentido común que me lanzó mi hijo vino precisamente aquí. Observó en un mapa las localizaciones de los campos históricos (Retiro, O’Donnell, Metropolitano y Calderón) y lejos, casi en otra constelación, el nuevo estadio. Me miró y dijo: «Pero ¿por qué tan lejos?»

Si me hubiera preguntado «¿por qué somos del Atleti?» habría tenido muchas más respuestas.

Luego observamos otras pantallas con gente vistiendo la rojiblanca por todo el mundo o las ubicaciones de las peñas. «¡Hasta en Australia hay!» decía el crío emocionado (y yo pensaba que esto del «Wanda» parecía más a mano de Canberra que de Lavapiés).

Más pantallas con vídeos de momentos memorables que podías evaluar con sus cinco estrellas. Un hincha del Atleti que se precie, cuando ve 5 estrellas solo piensa en una cosa, pero la cerveza tendría que esperar.

En otra de las paredes había una serie de teléfonos, cabinas con una serie de extensiones a las que se podía llamar para recibir un mensaje de algún futbolista histórico. El chaval eligió a Juanfran y yo entendí que no va a preguntarme nunca por qué somos del Atleti.

De padres a hijos

Primera instalación en la que entramos. No voy a desvelar mucho porque creo que es algo que merece la pena que te sorprenda. Te encoge el corazón y aprieta hasta que sale alguna lágrima.

Me costó aguantar el tipo, pero uno tiene una imagen que hay que mantener. El niño, el mío, seguía absolutamente fascinado y esto le impactó una barbaridad (a mi mujer le caían las lágrimas como puños).

Cantando el himno a pleno pulmón

Una cosa curiosa de visitar Territorio Atleti es que te empapas tanto del Atleti que acabas olvidándote que estás en un museo y te tiras al barro con lo que sea.

¿Qué toca cantar el «muchaaaaaaachos»? se canta. ¿Qué te piden el himno? pues te desgañitas colando el pertinente «sin Gil» entre las estrofas correspondientes. El ridículo para otro día.

La pequeña grada del Calderón

Este es el primer gran guiño a nuestro adorado y eterno Calderón del museo del Atleti. Sentado en una de las butacas de nuestro auténtico estadio a las que habían desincrustado la mierda, cáscaras de pipas y huellas de zapato, pudimos revivir algunos de los goles más espectaculares de nuestra historia.

Precisamente en este reducto del «Calderón» tuve la oportunidad de saludar a ilustres atléticos como Tommy y Pablo que andaban gozando, como un servidor, de esa dosis de Atleti en vena. No deja de ser significativo encontrarte con parte del corazón de la grada en la propia grada, en la de verdad.

Armarios, cajones y paneles

Esta es la parte de la exposición que mejor nos cuenta la historia del Club, y lo hace utilizando utilizando objetos que componen una memorabilia extraordinaria. Fotos, recortes de prensa, medallas, entradas, carteles, balones de cuero de costuras indestructibles, botas aún más duras, carnets de socios con fotos en blanco y negro, camisetas…

Muchas camisetas; desde la réplica de la original (cedida por los 50) al traje negro de Simeone pasando por las elásticas de Escudero, Luiz Pereira, Simeone, Torres…

Me detengo un momento en las camisetas para destacar la cedida por las hijas de Juan Carlos Arteche, que permiten que su figura esté donde debe estar y de donde los indignos dueños de la SAD quisieron desterrarlo. Los Arteche tienen mucha más clase que los Gil, pero esto no sorprende a nadie a estas alturas.

Por cierto, no faltó el recuerdo para otras grandes secciones del club (masculinas y femeninas) como el Balonmano, el hockey, boxeo, balón volea, rugby… y esas otras figuras que nos hicieron crecer. Un punto más para Territorio Atleti.

Todo un derroche difícil de asimilar de una sola vez y que nos llevará a volver otras cuantas.

Realidad Virtual

Te sientas en una de esas sillas de Fórmula 1 que se colocan en los banquillos (odio eterno al fútbol moderno) y, por obra y gracia de la tecnología, tienes una experiencia inmersiva.

Te ves a ti mismo otra vez en la grada del Calderón en el último día. Giras la cabeza y ves caras de personas con las que seguro que has compartido antes asiento y abrazos de gol. Personajes anónimos extrañamente familiares.

Emocionante es, desde luego. El tema es: ¿qué emociones hace aflorar? En mi caso, por encima de la nostalgia, se irguió la ira. ¿Cómo pudimos entregar ese rincón de nosotros? ¿cómo permitimos que nos robaran uno de los últimos reductos de nuestra infancia? ¿por qué consentimos que nuestros hijos tengan que arraigar su afición en otro lugar?

Fue uno de los momentos más emotivos, pero no para bien.

Latido a latido

Me salto una tontería que había de intentar saltar más que Giménez, tener más reflejos que Oblak y cosas así. Está pensado para los críos porque si yo intento saltar más que Giménez me lesiono más que Vitolo.

Estamos acabando ya la visita (¿cuántas horas llevamos aquí?) y lo hacemos entrando en la última instalación. Una espectacular pantalla nos envuelve, el sonido atrona y sales de ahí directo a la sala de trofeos, pero podrías saltar al Bernabeu y comerte a los centrales.

Un último paseo viendo todas las camisetas perfectamente alienadas, observando los desmanes de Nike y deteniéndote en pedazos de algodón que son estandartes, como la mítica camiseta roja con los puños rojiblancos con la que marchamos sobre Glasgow.

Una foto con Lemar y salida por la tienda. Los muy zorros te sacan directamente al córner donde están las camisetas «retro» con el escudo legítimo, las que queremos comprar. El resto de la tienda como si no estuviera para mí.

En definitiva: Territorio Atleti es todo un acierto y una visita obligada para todo Atlético de bien y para mucho desinformado.


3 respuestas a “Territorio Atleti: esta vez sí”

  1. Eduardo de Atleti

    Todo muy bonito y muy bien escrito, tal vez los signos de puntuación y las comas un poco ausentes, pero como de costumbre.
    Eso sí, este artículo sin fotos, es como un jardín sin flores, así que para la próxima, tire ud. de móvil, que se lo tengo que decir todo, irlandés.

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