Cicuta para todos o el derecho a fallar

Cuándo en el partido ante el Levante Angelito Correa falla a puerta vacía, hasta el más templado se acordó de «la concha de su madre».

El que diga lo contrario sencillamente miente.

Ahora toca relativizar: no, no se perdió La Liga irremediablemente por ese error (¿estaba ganada acaso?) y, desde luego, creo que tampoco corresponde desearle a un jugador de tu equipo un fallo cardiaco que lo deje en el sitio.

Porque no es una forma de hablar. Resulta que una serie de indeseables, desgraciados, miserables -que cada uno elija aquí el grosor del epíteto- soltaron el Cola-Cao para ir corriendo a vomitar en Twitter todo tipo de barbaridades contra Ángel. Algo más que barbaridades, en realidad.

Creo que todos tenemos la madurez suficiente para entender que se pueden perder los papeles, que hay jugadores que nos exasperan, filias y fobias personales. Todos tenemos un jugador al que ver calentar en la banda nos hace chasquear la lengua y bebernos la cerveza de un trago. Pero además de rayas rojas, hay líneas rojas.

Porque la crítica, por muy descarnada que sea, se respeta incluso aunque no se comparta. El problema es la falta de humanidad y de valores, de esos que siempre presumimos y llevamos a mucha honra cada uno de nosotros.

Hace falta ser, viene epíteto gordo, un mierda para reaccionar de esa manera. Porque en el caso de Correa no estamos hablando de una hipótesis remota y traída por los pelos. Por muy censurable que sea, no es lo mismo que desearle a Vitolo que le salga una verruga negra en la punta del ciruelo (mero desahogo sin ninguna base).

Creo que no hace falta recordar que una enfermedad de corazón le pudo costar la carrera y mucho más a Correa. Ese jugador que te desespera, pero que también te pone en pie y es capaz de hacerlo en la misma jugada. Ese jugador que es de la casa, que no se queja ni pierde la sonrisa.

Por eso sirvan estas líneas para decirle a esos miserables que tuitean porque tienen la única ventaja evolutiva respecto a una ameba de los pulgares oponibles, que piensen dos veces antes de competir a ver quién dice la subnormalidad más grande, en su entorno seguramente todo el mundo tenga claro que la baba que les cae de la comisura no es un piercing.

Va a dar igual, porque lo suyo es una mezcla de factores genéticos y trastornos mentales, así que seguirán deseando al Lemar de turno que pille el Coronavirus (cosa que servidor también censuró en su momento públicamente, por si las dudas).

Insisto: críticas todas las del mundo, bajezas morales con los nuestros… ni media. Que hay mucho perro con Correa.

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Una respuesta a “Cicuta para todos o el derecho a fallar”

  1. Pepe

    Creo q pocos más críticos con correa q yo, al q pongo un par d peldaños por encima d vitolo solo pq al menos, ganas le pone. El año pasado arrojé la toalla con correa. Su juego no acaba d madurar. Son 5 años esperando a q de el paso, a q mejore su juego, su toma d decisiones, a q sea más listo y sepa cuando correr y cuando parar. Salvo imponderables, nunca lo pondría d titular. Dicho esto, si no le he deseado ningún mal personal a vitolo o al lemar d hace 4 meses, no se lo voy a desear a uno q, mejor o peor, es d los nuestros. He visto fallar goles q nos han costado títulos, penaltys q nos han costado finales o descenso a segunda y después d bajar d las nubes, viene subir, pq si nos caemos, nos levantamos.

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